Ánfora: voz propia, voz ajena es un excelente poemario que, en lenguaje asequible, presenta un semillero de ideas y temas con una profundidad sin igual. Muy parecido, a mi modo de ver, a las parábolas de Jesús: pensamiento profundo en lenguaje sencillo. Esto no implica que aquí, allá o acullá no encontremos algún vocablo novedoso que nos lleve por caminos insospechados en la búsqueda del significado y, por supuesto, del conocimiento. Brotan del ánfora diversas voces poéticas que se bifurcan principalmente en dos: voz propia, voz ajena. Esta última llega a un límite insospechado en “Soy Agar” porque en esta exquisitez literaria la voz poética le cede la palabra a una mujer que, además, es esclava; por tanto, sin ningún derecho, incluso a vivir.
–Josué Santiago Berríos
Profesor jubilado de Literatura y Fe Cristiana
Universidad Interamericana de Puerto Rico
Escribir
Escribir es sacar de viaje el alma
montada en diversos y hábiles carruajes.
Unas veces de madera y grafito,
otras que deja una estela oscura en el papel
y aun el más novel, de teclas ondulantes.
Ese periplo que nace del hondón del ser,
que se lanza sin saber adónde,
deshojando memorias, sospechando rutas,
conteniendo un claroscuro
de risas y llantos.
Lo guía una pasión incontenible
de declarar su sentido, su existencia,
de encontrarse en el cruce de caminos
con otros peregrinos de su esencia.
Es un peregrinar de ondulaciones
de momentos de glorias o quebrantos,
que oscilan entre muchas intuiciones
que buscan por vencer sus desencantos.
Escribir es invitar al alma
a asomarse más allá de lo remoto.
A tejer con su urdimbre de palabras
los sueños ocultados en lo ignoto.
Es quebrar el cepo esclavizante
de la domesticación, del conformismo,
para buscar, seguro o vacilante,
la ruta que convoca al peregrino.
Benjamín Santana Santana nació en Vega Alta, Puerto Rico, en 1947. Terminó su bachillerato en Artes Plásticas en la Facultad de Humanidades en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y su maestría en Divinidad en el Seminario Evangélico de Puerto Rico, donde ha sido profesor invitado. Fue docente en la Liga Estudiantes de Arte de San Juan. Trabajó en el Sistema de Educación de Puerto Rico, espacio que lo ayudó a decidir su vocación que oscilaba entre el pintor, el poeta y el pastor. Optó por la última que incluye las otras. Fue pastor en el Bo. Maricao de Vega Alta, en el pueblo de Barranquitas, en la comunidad Juan Sánchez en Bayamón y en el Bo. Pájaros en Toa Baja. De 1994 a 1999, se desempeñó como Pastor Asociado en Educación Cristiana y Vida Familiar de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico. Ha colaborado con la revista El Discípulo, la antología de ensayos Escribir lo divino, el Instituto Bíblico Juan Figueroa Umpierre y con la Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH). En el año 2012 se publicó su primer libro La fuente junto al pozo; en 2016 su segundo, Frente al ángel: fragilidad humana y esperanza; y en 2020 su tercero, La provincia apartada: deslumbramiento, quebranto y redención. Actualmente, se encuentra trabajando en el manuscrito de su cuarto libro de ensayos teológicos.