La razón instrumental pretende reducirlo todo a ser objeto de dominio. El extraordinario libro de Jochy Herrera muestra fuera de cualquier duda que todo objeto, y su entorno, es también obra de arte y estímulo al saber científico y filosófico. Un espejo es reflector de luces e imágenes, un medio en que el infante se reconoce por vez primera y también un medio para nuestras complacencias narcisistas. El reloj de Dalí no mide el tiempo, se derrite. La pipa de Magritte no se fuma, se admira. Una ciudad es invisible porque es invivible. Arte y ciencia muestran el más allá de la utilidad del objeto, más allá que se une a la invitación ética, a la responsabilidad con el planeta, nuestro hábitat y el de una pléyade innúmera de especies vivientes. Arte, ciencia y ética en armonía con la naturaleza y nuestra humana existencia.
Dentro de sus múltiples acepciones gramaticales, objeto es más que nada cosa material e inanimada; asunto poseedor de entidad física natural o artificial, concreta o abstracta. Así, las herramientas, artefactos o utensilios son objetos hechos de cosas como el metal, la madera o el plástico. Se trata de nociones al parecer simples, pero que al ser analizadas bajo la lupa arrojan una complejidad provocadora del pensamiento y marco teóricos de disciplinas tan dispares como la física, la sociología o la filosofía.
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La caracterización de la interacción entre objeto y entorno en la contemporaneidad, pretensión última de estos textos, podría auscultarse desde variadas y equidistantes aristas más allá de lo que supondría ser un beneficio estrictamente utilitario (la cuchara que se emplea para ingerir un caldo que, a su vez, ha sido preparado gracias a la agricultura, a título de ejemplo). Como nexo emocional –attachment– dictado por la memoria, los afectos y el bienestar psicológico (tal cual un juguete o cualquier fetiche); como superestructura simbólica dentro de un sistema de pensamiento particular, digamos, religioso (una mantilla o un rosario bendecido); o como frenética adquisición material alimentada por el inagotable consumismo que se ha apropiado de casi todas las esferas de lo humano.
Jochy Herrera (República Dominicana, 1958), es cardiólogo y ensayista. Radicado en Chicago, EE. UU., durante más de tres décadas, compartió el ejercicio médico, la docencia y el trabajo literario en español en varias organizaciones culturales incluyendo la reconocida revista Contratiempo. Desde hace más de un lustro reside en su país natal donde continúa publicando en medios impresos y digitales locales e internacionales. A través de sus textos, Herrera ha conformado un estilo que renuncia a la rutina de la monografía al tiempo que integra con elegancia la reflexión humanística, el conocer científico y la filosofía. La subjetividad sensible del autor aparece contenida en cada una de sus obras entre las que destacan: Extrasístoles (y otros accidentes) (2009), en cuyas páginas se aborda el corazón metáfora; La flama magna (2014); Estrictamente corpóreo (2018); y De fugas y visiones (2018). Su más reciente publicación, Pentimentos. Apuntes sobre arte y literatura (2021), reúne trabajos que auscultan el maridaje simbólico que acontece entre lienzo y página, pintor y autor, similar al palimpsesto.