Raúl Castillo Soto nació en San Juan de Puerto Rico. Obtuvo su Bachillerato en Psicología, de la Universidad Interamericana (1981); y una Maestría en Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico (1989). Es autor del libro de cuentos El hogar de los escombros (2012), de los poemarios Voces bajo la carpa (2009), y Enigmas (2012), y co-autor de Caminos de luz: sueños en 3 actos (LyricSpan Press; 2009), junto a los destacados poetas españoles Ramiro Carballal y Pedro Ferreira. Castillo obtuvo primer lugar en el XIX Concurso Internacional de Poesía (Instituto de Cultura Peruano, 2010); y el segundo lugar en el Premio Nacional de Poesía Guajana (2010). Resultó además ganador del Certamen Nacional de Literatura Manuel Joglar Cacho (2010) en las categorías de poesía y cuento; y fue honrado con un Segundo Accésit en el Certamen Eugenio Florit (2008) por su obra Noctámbulo de diez espacios. Figura en las antologías Los nuevos caníbales Vol. 3: Antología del microcuento del Caribe hispano (Isla Negra, 2015), Poetas y narradores del 2010 (ICP, Miami) y en las compilaciones de poesía Que no cesen rumores (Santo Domingo, 2010) y Matices (Editorial Génesis, Buenos Aires, 2007). El autor es miembro del Círculo de Cultura Panamericano. Se desempeña como trabajador social en el Distrito Escolar de Trenton, New Jersey.
Guiñapo y Oropel reúne seis años de quehacer poético del aeda Raúl Castillo. Este poemario, testimonio de emociones y cotidianidades, traza esa ruta de la palabra creativa en cinco partes que constituyen una aguda exploración de la interioridad. El poeta arma aquí un mosaico vivencial de signos cifrados en el amor, la patria, el tiempo, el regreso y la propia poesía, para instaurar un devenir de afectividades que transitan del júbilo a la nostalgia. Esta poesía directa, depurada, neoformalista y reflexiva es un oasis que desbroza la artificiosidad de un mundo arropado por sórdidas apariencias y nos devuelve un cosmos profundamente sensible e intensamente humano.
–Alberto Martínez-Márquez
Departamento de Humanidades
Universidad de Puerto Rico en Aguadilla
La sangre azul de un latido
Árida y temblorosa nos contempla…
Aleja como el humo entre barrotes,
desperdigando entre latidos.
Ciego, un desalojado pecho intenta
recuperar la luz que apaga,
cual minuto de arena.
Mas el eco vacío,
beso de lluvia, cantará en su hoguera.
Aquel cansado espectro del recuerdo,
yace junto a la seca efigie
del ave azul que ha muerto.
Donde sus alas mueven,
torpemente, agitadas por el viento.
Y aquella tarde, sola, le sostiene
en el dosel anaranjado
de las horas que vierte,
en la copa sin fondo
donde drena la vida,
y se nos pierde.