Desde la mirada de esta obra se puede ver el pasado, no de formas exclusivamente gloriosas, sino a su vez desde las fragilidades, las debilidades y, más que nada, desde las contradicciones de lo humano. La Mujer Olmo es una invitación a pensar algo que, aunque puede pasar desapercibido, es de un gran valor literario y social: el pasado busca que todas las historias que un día comenzaron, encuentren su fin y su cierre. Sobre todo que los cierres logren ser lo más harmónicos y sanadores posibles.
–Daniel Nina, escritor y jurista puertorriqueño
Inés González Zarza nació en San Sebastián, España, en 1966. Es Licenciada en Filología Inglesa, miembro fundador de la Red de Intérpretes Culturales y colaboradora habitual de la publicación literaria Proscritos. Galardonada en varios certámenes en la modalidad de relato breve, combina su creación literaria con su actividad profesional como intérprete simultánea. En la actualidad, completa Anécdotas Móviles, su libro de relatos sobre adicciones al teléfono móvil. La Mujer Olmo es su primera novela, y se adentra en uno de los innumerables misterios de la historia reciente de España.
(Inicio de la novela)
Algunos objetos permanecen con nosotros largo tiempo, más allá de su valor, testigos mudos de nuestros secretos. Un día los despertamos y nos recuerdan quién somos.
Camino Castellana abajo en esta mañana de otoño, con un sentimiento ambivalente. El ruido del tráfico madrileño aturde mis oídos. Hace sólo unos minutos era dueño de un tesoro. Ahora vuelvo a ser Josema; historiador y criptoanalista aficionado. Aunque el auténtico tesoro sea la historia de Elena y su encuentro con el alemán.
Acompaña mis pasos el recuerdo de la expresión asombrada de aquellos militares a quienes se lo entregué:
—¡Es una Enigma! —exclamó uno de ellos, con gafas obscuras y un bigote algo ridículo.