La luz necesaria

La luz necesaria, definitivamente, es una aportación a la poesía latinoamericana. Julio César Pol, puede inscribirse en el catálogo de autores que han tenido tanto que decir y lo han dicho bien. La inteligencia, el dominio del lenguaje estético, la innovación y el cúmulo de datos relativos a la cultura universal, le han proporcionado exactamente eso: proporción. En sus letras nada sobra. La economía verbal, la precisión, el humor seductor, se apoderan de su trazo y materializan en cada línea, poemas que enamoran. En realidad, La luz necesaria precisaba dividirse en dos trabajos. Seguramente, después de aventurarse a una lectura concienzuda de esta obra, para ningún lector, “Expreso de occidente” será una mera referencia a “escribir” como “mentir”, y, para todos, el ajedrez estará muy lejos de ser un juego.

–Carlos Vázquez Cruz

Con el pincel de haikú pero con rigor de ajedrecista

Julio César Pol piensa el mundo. Ha nacido un poeta.

–Luce López-Baralt

Julio César Pol nació en Ponce, Puerto Rico, en agosto de 1976. Posee una maestría en Economía de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Ha publicado en distintas revistas literarias: Desde el límite (2002), Taller literario (2004), Letras salvajes (2004), Hostos Review (2005) y Aullido (2005). Su obra poética ha sido premiada en los certámenes de ICPR Junior College, la Universidad de Puerto Rico en Ponce, la Universidad Politécnica de Puerto Rico, el Círculo Jaime Marcano en Caguas, el Certamen del Círculo de Recreo de San Germán y el Certamen Olga Nolla del periódico El Nuevo Día. Fue Coordinador General de los encuentros de (De)Generaciones literarias y es Director de la revista El sótano 00931. Actualmente, es profesor de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. La luz necesaria es su primer libro. Próximamente, publicará la antología de revistas y poetas del siglo XXI, Los rostros de la Hidra. La segunda parte de este libro, bajo el título: “Tábula rasa”, fue galardonado Mención Honorífica en el Certamen de poesía Olga Nolla, auspiciado por el diario El Nuevo Día (2004).